15 de agosto de 2010

Otro de Reis (antes de iniciar el ciclo ortónimo)

Maestro, son plácidas
todas las horas
que perdemos,
si en el perderlas,
como en un jarro,
ponemos flores.

No hay tristezas
ni alegrías
en nuestra vida.
Así sepamos,
sabios incautos,
el no vivirla,
jsjsdjdkdkd
sino recorrerla,
tranquilos, plácidos,
siendo los niños
nuestros maestros,
los ojos llenos
de Naturaleza...

Al borde del río,
al borde del camino,
conforme calla,
siempre en el mismo
leve descanso
de estar viviendo.
El tiempo pasa,
no dice nada.
Envejecemos.
Sepamos, casi
maliciosos,
dejarnos ir.

No vale la pena
hacer ni un gesto.
No se resiste
al dios atroz
que a sus propios hijos
devora siempre.

Cortemos flores.
Mojemos leves
nuestras manos
en los ríos calmos,
para aprender
también su calma.

Girasoles siempre
mirando al sol,
partiremos de la vida
tranquilos, no teniendo
ni el remordimiento
de haber vivido.

2 comentarios:

rodri dijo...

Los escépticos proclaman pomposamente que son “racionales” y que están en contra de las seudociencias, pero la verdad es que el Escepticismo es por definición irracional y más seudociencia que aquellas a quienes pretenden refutar porque sus críticas parten de la ignorancia. El resultado es que sus disparates son mayores que los de sus adversarios. Para criticar hay que saber, y mucho, y no simplemente tener una vaga idea de que algo es falso. Este tipo de críticas no vale ni siquiera dos centavos…

dame una mamadita de chuparosas

Alberto Luquín dijo...

Dejo el ejemplo para el pitorreo de los apreciables lectores como ejemplo de la ausencia de distinción entre lo pertinente y aquello que no lo es. Y bueno, hablar y hablar y no decir...

Ah, por cierto, siglos y siglos de civilización y hay quien aún no sabe insultar.