Lidia, ignoramos. Somos extranjeros
donde sea que estemos.
Lidia, ignoramos. Somos extranjeros
donde sea que habitemos. Todo es ajeno
y no habla nuestra lengua.
Hagamos de nosotros mismos el refugio
donde escondernos, tímidos al insulto
del tumulto del mundo.
¿Qué más quiere el amor que no ser de los otros?
Como un secreto dicho en los misterios,
sea sagrado por nuestro.
Ricardo Reis
23 de mayo de 2010
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