30 de octubre de 2011

Lluvia oblicua. Quinta

V



Lá fora vai um redemoinho de sol os cavalos do carroussel...
Árvores, pedras, montes, bailam parados dentro de mim...
Noite absoluta na feria iluminada, luar no dia de sol lá fora,
e as luzes todas da feira fazem ruídos dos muros do quintal...
Ranchos de raparigas de bilha à cabeça
que passam lá fora, cheias de estar sob o sol,
cruzam-se com grandes grupos peganhentos de gente que anda na feira,
gente toda misturada com as luzes das barracas, com a noite e com o luar,
e os dois grupos encontram-se e penetram-se
até formarem só um que é os dois...
A feira e as luzes da feira e a gente que anda na feira,
e a noite que pega na feira e a levanta no ar,
andam por cima das copas das árvores cheias de sol,
andam visivelmente por baixo dos penedos que luzem ao sol,
aparecem do outro lado das bilhas que as raparigas levam à cabeça,
e toda esta paisagem de primavera é a lua sobre a feira,
e toda a feira com ruídos e luzes é o chão deste dia de sol...
De repente alguém sacode esta hora dupla como numa peneira
e, misturado, o pó das duas realidades cai
sobre as minhas mãos cheias de desenhos de portos
com grandes naus que se vão e não pensam em voltar...
Pó de oiro branco e negro sobre os meus dedos...
as minhas mãos são os passos daquela rapariga que abandona a feira,
sola e contente como o dia hoje...


V


Allá afuera van en un remolino de sol los caballos del carrusel...
Árboles, piedras, montañas bailan fijas en mi...
Noche absoluta en la feria iluminada, luna llena en el día soleado allá afuera,
y las luces de la feria hacen ruido en las paredes del patio...
Rebaños de muchachas con cántaros en la cabeza
que pasan allá afuera, llenas de estar bajo el sol,
se cruzan con grupos pegajosos de gente que anda por la feria,
gente mezclada con las luces de las barracas, con la noche y la luna llena,
y los dos grupos se encuentran y compenetran
hasta formar sólo uno que es ambos...
La feria y las luces de la feria y la gente que camina por la feria,
y la noche que viene con la feria y la lleva por los aires,
caminan por encima de las copas de los árboles llenas de sol,
caminan visiblemente bajo las peñas que relucen al sol,
aparecen al otro lado de los cántaros que las muchachas llevan en la cabeza
y todo este paisaje de primavera es la luna sobre la feria,
y toda la feria con sus ruidos y sus luces es el suelo de este día de sol...
De pronto alguien sacude esta hora doble como en un tamiz
y, mezclado, el polvo de las dos realidades cae
sobre mis manos llenas de planos de puertos
con grandes naves que parten y no piensan en volver...
Polvo de oro blanco y negro sobre mis dedos...
Mis manos son los pasos de aquella muchacha que abandona la feria,
sola y contenta como el día de hoy...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

No soy una autoridad leyendo poesía,
pero tiene propiedad y talante de ello.

Y uno se deleita en observar
sin participar
Mas el solo mirar nunca basta
porque la Fiesta es Extensa
cuando hay compartir

que estés muy bien

Alberto Luquín dijo...

Gracias por tus palabras, Diego. Últimamente me dedico, más que nada, a la traducción. Estás invitado a pasar por el resto del blog, por ahí andan algunos textos de mi plena autoría, en la medida en que la autoría pueda ser considerada posible.

Un abrazo...