22 de diciembre de 2009

Carl Sagan

"Algunos supuestos observatorios para la fijación del calendario es posible que se deban al azar y que, por ejemplo, la ventana y el nicho presenten el día 21 de junio una alineación accidental. Pero hay otros observatorios asombrosamente distintos. En un lugar del suroeste norteamericano hay un conjunto de tres losas verticales que fueron cambiadas de su posición original hace aproximadamente unos 1000 años. En la roca ha sido esculpida una espiral, parecida en cierto modo a uná galaxia. El día 21 de junio, primer día del verano, un haz de luz solar que entra por una abertura entre las losas bisecciona la espiral; y el día 21 de diciembre, primer día del invierno, hay dos haces de luz solar que flanquean la espiral. Se trata de un sistema único para leer el calendario en el cielo utilizando el sol de mediodía.
¿Por qué los pueblos de todo el mundo hicieron tales esfuerzos para aprender astronomía? Cazábamos gacelas, antílopes y búfalos cuyas migraciones aumentaban o disminuían según las estaciones. Los frutos y las nueces podían recogerse en algunas temporadas, pero no en otras. Cuando inventamos la agricultura tuvimos que ir con cuidado para plantar y recolectar nuestras cosechas en la adecuada. Las reuniones anuales de tribus nómadas muy dispersas se fijaban para fechas concretas. La posibilidad de leer el calendario en los cielos era literalmente una cuestión de vida y muerte. Los pueblos de todo el mundo tomaban nota de la reaparición de la luna creciente después de la luna nueva, del regreso del Sol después de un eclipse total, de la salida del Sol al alba después de su fastidiosa ausencia nocturna: esos fenómenos sugerían a nuestros antepasados la posibilidad de sobrevivir a la muerte. En lo alto de los cielos había también una metáfora de la inmortalidad."

Tomado de: Cosmos, p. 47, Planeta, 1992, México.

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